Las nuevas tecnologías han originado un profundo cambio en la forma de vivir y, por cuanto a nosotros interesa, en la forma de enseñar y aprender. Las aulas han dejado de ser exclusivamente el espacio físico en que el profesor intercambia información con los alumnos. Una nueva dimensión más allá de las paredes se convierte en recurso imprescindible en el desarrollo de la docencia actual. Internet, las intranets, las tabletas, las pizarras digitales y los ordenadores en general, facilitan el uso de contenidos protegidos por derechos exclusivos en el desarrollo de la actividad docente. Las editoriales nos preparan, ya no solo un libro de texto en formato papel, sino que nos facilitan otros recursos además del libro de texto, que nos permiten profundizar en los contenidos. Toda esa actividad docente debe realizarse correctamente, es decir, no solo respetando los derechos de los demás, sino también, aprendiendo y enseñando prácticas acordes con unas reglas éticas que nos ayuden a movernos en esta otra dimensión digital con seguridad y confianza.